El director de cine mexicano Guillermo del Toro ha dado vida en el cine a las criaturas fantásticas en
Pacific Rim,
una superproducción de Hollywood que pone en escena el combate titánico
entre robots gigantes teledirigidos y unos monstruos salidos de las
profundidades del océano.
"Realmente para mi los
monstruos son una adicción. Así como hay gente que le sale la sonrisa a
los labios cuando oye hablar de cachorritos o de gatitos, a mi me sale
la sonrisa a los labios cuando hablamos de monstruos. Es una película
rica en creación de monstruos, rica en creación de robots que era una
cosa que me obsesionaba desde niño", declara Guillermo del Toro a la
AFP.
En Pacific Rim, que se estrena el viernes en
Estados Unidos, el mexicano ha podido dar rienda suelta a su pasión por
las criaturas sobrenaturales, con precedentes en Cronos (1993 ), Mimic (1997 ), The Devil's Backbone (2001 ), los dos Hellboy (2004 y 2008 ) y su obra maestra El laberinto del Fauno (2006 ).
Esta larga experiencia como director de cine, que
se añade a sólidos conocimientos como productor, ha sido especialmente
útil para transitar por su primera producción hollywoodiense, plagada de
efectos especiales.
"Yo siempre he sido un cineasta
que ha tenido una orientación técnica muy fuerte, que sea el maquillaje,
la animación o los efectos ópticos. Entonces nunca me he perdido en el
aspecto técnico de la película", afirma, "hacer una película de este
tamaño, es antes que todo una cuestión de disciplina, de trabajo y de
energía.
Asegura que el reto titánico fue coordinar
toda la labor artística de la película, “para que visualmente sea una
película riquísima, que los colores, las texturas, las formas, todo
contribuya a contar esta historia. Que lo artístico nunca se pierda en
lo técnico”.
Trama. La
película cuenta cómo en un futuro próximo la humanidad se ve obligada a
crear robots gigantes, pilotados por humanos con cerebros
interconectados, para combatir a monstruos terroríficos salidos de las
profundidades del Océano Pacífico.
Las potencias
mundiales deciden abandonar los robots para invertir en un muro gigante
pero dos pilotos (interpretados por el británico Charlie Hunnam y la
japonesa Rinko Kikuchi) quieren demostrar que los robots siguen siendo
el arma suprema.
"Quería hacer una película muy
coral, que no sea un solo héroe sino que cada uno de los personajes
tuviera casi el mismo peso. Porque la película habla de la humanidad
salvando a la humanidad. No es un país o una política que va a salvar el
mundo. El elemento humano era súper importante para mi", aseguró.
Como suele hacer, Del Toro creó imágenes fuertes, como un robot colosal
que se hunde en la playa o el monstruo que persigue a una niña calzada
con unos zapatos rojos en las calles devastadas de una gran ciudad.