La
popular cantante no suele mirar las etiquetas de los innumerables
vestidos que llegan a su casa, prendas que los diseñadores le prestan
para que luzca sobre la alfombra roja de los eventos más exclusivos del
año.
"Ni siquiera quiero saber lo que suelen costar
esos diseños. La verdad es que para mí ha sido muy divertido poder
llevar todos esos vestidos y tener la oportunidad de conocer a sus
diseñadores. No creo que fuese capaz de comprar uno de esos
espectaculares trajes de noche a no ser que fuera el día de mi boda",
bromeó la joven artista en una entrevista para la revista People.
Aunque
le abrumen los precios de los vestidos que le prestan, Selena también
ha confesado que la moda es una de sus mayores debilidades y que cuando
recibe su nómina mensual le falta tiempo para derrochar la suma casi
entera en ropa, especialmente en zapatos, llegando incluso a caer en
ciertas extravagancias.
"[Mi mayor extravagancia] ha
sido unos [tacones de] Dolce & Gabbana. Recuerdo que cuando era más
joven estaba obsesionada con esa marca. En una ocasión, estaba en París y
me compré unos tacones negros de Dolce & Gabbana. Eran unas
sandalias preciosas. No me pude contener. ¡Pero es que de vez en cuando
tienes que darte esos caprichos!", reconoció.
Pero
sin duda, lo que más feliz le puede hacer son las gangas, otro de sus
pecados inconfesables. De hecho, cada vez que encuentra alguna, se hace
con ella, haciendo de su vestidor una ecléctica miscelánea de prendas de
diseñador y ropa sacada de los rincones más insospechados.
"[Mi
armario] es una peculiar mezcla de cosas. Tengo piezas exclusivas que
me han regalado diseñadores, amigos o mi estilista. Y todo ello junto a
miles de trapitos que he encontrado en las rebajas y que me encantan",
explicó.
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