
La aventura cinematográfica emprendida por Marvel está claramente orientada hacia 'Los Vengadores'. Todas sus producciones apuntan en una misma dirección, siendo que además cual bola de nieve ladera abajo la apuesta cada vez es mayor. Y cada vez más peligrosa. Y cada vez tan complicada de dominar como el ego de Tony Stark o la masa muscular del remedo juguetón de Bruce Banner. Esto tiene su parte buena... y su parte mala, siendo que a esta 'Capitán América: El Soldado de Invierno' le ha tocado posiblemente la peor parte, convirtiéndose así en aquello que muchos achacaban que era -pero no era- 'Iron Man 3'. Pero claro, aquella -si es que lo era- tenía el carisma aún plenamente operativo de Robert Downey Jr. mientras que Thor, por si se lo preguntaban, ya puestos, es un Dios que vive en otro plano de la existencia, por lo que en su secuela post-Nueva York tampoco se notaba tanto.
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